Café o no café, esa es la cuestión.
- Cole Bracho
- 27 abr 2024
- 3 Min. de lectura
Tiene poco tiempo el café en México. Bueno, tiene poco el café como lo conocemos hoy en México. Starbucks abrió su primer tienda cerca del 2002. Antes de eso en México teníamos 3 corrientes del café principal. El café de olla, es decir, el café que se hacía en los pueblitos con una combinación de Café molido grueso hervido directo al fuego con un toque de clavo, piloncillo y una que otra hierba olorosa. El café de los restaurantes-cafeterías con dos productos principales, el café americano y el café lechero que es el mismo que el americano con un chorro de leche servido desde distintas alturas arriba de la taza para dar una consistencia ligeramente espumada. Y por último estaba el café soluble de casa que es el que casi todos tenemos en la memoria del paladar.
Starbucks es odiado y amado por diferentes razones dependiendo con quién hable uno. Amor por su intensa participación en la inclusión del café en las vidas de los menores de 30 años. Odio por su calidad de "producto de moda" que solo los snobs compran y envidia por que convirtieron un producto relativamente olvidado de los potenciales negocios en un rotundo éxito global. Lo que sí es un hecho es que esta marca acercó a diversos estilos de vida a la bebida de los dioses. Bueno, en realidad no es la bebida de los dioses, pero debería.
El café hoy en día es la segunda bebida mas consumida en el mundo y la tercera o cuarta en México, dependiendo del análisis (Sí, por desgracia el refresco esta antes). Pero es interesantísimo saber qué fue lo que provocó la entrada del café a Mexico. El café ha sido siempre protagonista de historias de contrabando pues, de Africa pasó a Holanda vía contrabando y venta ilegal, así como a Java por los mismos Holandeses. De igual modo el café llegó primero como contrabando del Caribe hacia Veracruz.
Sin tener una exactitud histórica por lo pobre de los registros de la época, el café parece haber sido contrabandeado de territorios como Cuba y Santo Domingo por españoles que viajaban a Veracruz al final de los 1790's. Los territorios altos de Veracruz parecen haber tenido el terreno ideal para la fragilidad de los cafetos de la época.
Un tema recurrente en la historia del café es que fue participe de diversos movimientos ideológicos, sociales y culturales a través del tiempo. Benjamín Franklin, Voltaire, Simón Bolivar y hasta napoleón han hecho referencia al consumo del café y a su participación en los movimientos que impulsaron. Lo mismo pasó en México donde se dice que durante la guerra de independencia el café fue un motor económico para sustentar diversos movimientos.
Hoy México cuenta poco a poco con una cultura de café creciente que esta comenzando a dominar ciertos mercados y ayuda en gran parte a que el campo mexicano siga siendo un sostén de muchas familias.

Pero aún nos falta mucho. Aún tenemos mucho que hacer y necesitamos descubrir todo esta maravilloso mundo del café. Desde su historia, sus secretos, sus recetas y su relación con la experiencia humana. Si bien, muchos desprecian ciertas marcas y formas de consumirlo, el punto importante aquí es consumirlo, disfrutarlo, conocerlo y difundirlo como sea posible pues es un mundo maravilloso y vasto.
Yo he vivido la mayor parte de mi vida junto a él en sus múltiples facetas. Un tiempo hasta nos peleamos y no nos hablamos durante 8 años hasta que volví a reencontrarlo. Y ahora que lo encontré de nuevo no me canso de promoverlo, consumirlo, recomendarlo y dar lo que pueda para hacer que esta maravillosa taza de café sea parte de la vida de todos. Así que toma café, te aseguro que hay una historia que esta esperando ocurrir con un café.
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